miércoles, 16 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy miércoles, 16 de agosto de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3737
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[A vuelapluma] ¿España federal o plurinacional?





Entre las resoluciones aprobadas por el PSOE en su último Congreso figura la defensa del carácter “plurinacional” del Estado y la propuesta de modificar la Constitución para incluir esa fórmula en el artículo 2 en el marco de una reforma en clave federal, pero la plurinacionalidad puede desembocar en el caos; no está en las constituciones europeas y es un concepto extraño a la democracia occidental. Pedro Sánchez y el PSOE deberían aclarar si pretenden una España federal o una España plurinacional, defiende Javier Tajadura Tejada, profesor titular de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco y exmagistrado del Tribunal Superior de Justicia de Navarra.

Los partidarios de la opción plurinacional, comienza diciendo, se basan en la distinción entre dos conceptos de nación (cultural y político). La nación política es soberana mientras que las naciones culturales no lo son. Junto a la única nación política existente —dotada de soberanía— que es España, habría que reconocer la existencia de un número indeterminado de naciones culturales. Para defender esta interpretación del Estado Constitucional vigente no hace falta ninguna reforma. El actual artículo 2 ya menciona junto a la “indisoluble unidad de la nación española”, titular de la soberanía indivisible, la existencia de “nacionalidades y regiones” a las que se les reconoce el derecho a la autonomía política. La introducción del concepto de “nacionalidades” en el artículo segundo de la Constitución supuso ya reconocer la existencia de “naciones culturales”.

Nación cultural es el significado que hay que dar al término “nacionalidad” del artículo 2. Inicialmente no eran muchas, pero el jardín de las naciones ha ido floreciendo. Aragón, por ejemplo, al constituirse en comunidad autónoma no se consideró nacionalidad sino región, pero con el tiempo, a los dirigentes políticos de la comunidad, región les supo a poco y optaron por convertir la región en nacionalidad. Lo mismo hicieron otras. Según el artículo 2, España ya es una nación política que reconoce la autonomía de las naciones culturales (nacionalidades). Si esto es lo que defiende el PSOE, no se comprende que reclame una reforma del artículo 2. La reforma que se propone tiene otro significado y alcance.

Aunque la Constitución reconozca la existencia de una serie de naciones culturales, España no es un “Estado plurinacional”. Y no puede serlo porque como Estado democrático es un Estado de ciudadanos y no de naciones. La fórmula propuesta por el PSOE para contentar a las fuerzas nacionalistas supone considerar a las naciones como elementos constitutivos del Estado. En esto consiste el verdadero alcance del término “Estado plurinacional”. La existencia de naciones culturales ya está reconocida por la Constitución, lo que no lo está es la consideración de las mismas como elementos constitutivos del Estado.

Esta es la contradicción intrínseca de la propuesta. Cuando sus promotores subrayan que defienden la concepción de España como una única nación política, parecen olvidar el significado ideológico de la nación política. La nación política no es solo la nación soberana, sino sobre todo la “nación cívica”, es decir, compuesta por ciudadanos libres e iguales en derechos. Esa nación cívica —el presupuesto del Estado constitucional— es incompatible con cualquier definición del Estado como plurinacional. El Estado constitucional está integrado por ciudadanos (iguales) y no por naciones (diversas). No es la soberanía, sino la libertad y la igualdad lo que está en juego. La defensa del “plurinacionalismo” supone sacar del desván de la historia uno de los artilugios del pensamiento reaccionario: la noción romántica de nación, definida por elementos culturales y sentimentales, que ha sido siempre combatida por la izquierda consecuente preocupada por la igualdad y por construir Estados (más que naciones) de ciudadanos libres.

El Estado federal es incompatible con la lógica de la plurinacionalidad. Está basado en la igualdad sustancial de los entes que lo componen mientras que el Estado plurinacional presupone la desigualdad. La definición constitucional del Estado como plurinacional obligaría a precisar el número de naciones que lo integran. Hoy esto no es necesario porque, al no ser las nacionalidades (y regiones) elementos constitutivos del Estado, su número puede variar sin consecuencias prácticas. Y exigiría determinar que consecuencias jurídicas se derivan para los ciudadanos de una entidad territorial que esta sea calificada como nación. Si suponen algún tipo de ventaja, los ciudadanos de Cartagena podrían también querer definirse como “nación”. Y los de León, y los de La Gomera, etcétera.

La fórmula “plurinacional” puede desembocar fácilmente en el caos y no aparece en ninguna Constitución democrática de Europa, concluye diciendo el profesor Tajadura. Solo la recogen las de Bolivia y Ecuador. El PSOE debe aclarar si su modelo territorial es Alemania (como paradigma del federalismo) o Bolivia.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3736
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Galdós en su salsa] Hoy, con "Cánovas"




Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 174 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Cánovas es la sexta y última novela de la quinta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897) fue un político e historiador español, figura capital de la política española de la segunda mitad del siglo XIX, autor del Manifiesto de Manzanares publicado al inicio del Bienio Progresista, un prominente miembro dentro de la Unión Liberal, principal valedor de Alfonso XII y el mayor artífice del sistema político de la Restauración, lo que le convirtió en el máximo dirigente del Partido Conservador, que él mismo creó. Ejerció el cargo de presidente del Consejo de Ministros en seis ocasiones, alternando el poder, principalmente, con su rival político Práxedes Mateo Sagasta.

Bajo su gobierno se aprobó la Constitución de 1876 y contribuyó al sistema de turno pacífico, mediante el cual creó una apariencia de democracia que ponía fin a la inestabilidad política que arrastraba el país desde décadas anteriores. Dicha estrategia se afianzó en 1885 en el Pacto de El Pardo, con el propósito de evitar que la inminente muerte del rey Alfonso XII volviese a desestabilizar la política española. Sus gobiernos estuvieron marcados por un mayor desarrollo del capitalismo en lo económico, la creación del Código de Comercio en lo jurídico, los conflictos con Cuba que desembocaron en la guerra de Independencia cubana, y las crecientes tensiones con anarquistas y otros colectivos obreros, siendo asesinado en 1897, durante su sexto mandato, por el anarquista Michele Angiolillo.

Publicada en 1912, la novela comienza por contar lo que prometía el título de la anterior y no hizo: la aventura de Sagunto, con la proclamación del rey Alfonso XII, y su posterior entrada triunfal en Madrid. Los protagonistas son los mismos de toda esta quinta serie: Tito Liviano y Mariclío. El primero, curioso testigo de la Historia de España, y la segunda, diosa o musa de la Historia. Tito observa, comenta y escribe los acontecimientos históricos, siempre al servicio de su musa, que, en recompensa, le proporciona el sustento material y los contactos precisos para que lleve a cabo su tarea. El problema para Tito es que su exaltada imaginación le juega malas pasadas, y nunca sabe si los sucesos que vive son reales o imaginarios. 

En el terreno político, mientras la Tercera Guerra Carlista toca a su fin, el gobierno conservador de Cánovas persigue a políticos y militares republicanos, que tienen que exiliarse a Francia, desde donde conspiran inútilmente, mientras que Sagasta funda el partido liberal-monárquico, luego llamado Partido Constitucional, y más tarde, Partido Fusionista, convirtiéndose en alternativa de poder.

En el adiós de la serie, el episodio es el más triste, negro y desesperado de todos. Con los republicanos en el exilio, Galdós, por medio de su álter ego Tito, ve el ascenso de la influencia de los llamados «moderados», en realidad ultraconservadores, y de la Iglesia católica en la política española, y comenta con amargura que la derrota de los carlistas no ha servido de nada, pues han impuesto sus ideales por la puerta de atrás.

El horizonte temporal de la novela transcurre en el período 1874-1880, desde el pronunciamiento del general Martínez Campos hasta el acuerdo de alternancia en el poder de los partidos conservador de Cánovas y fusionista de Sagasta.



Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897)



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3735
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

martes, 15 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy martes, 15 de agosto de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 




Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3734
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[A vuelapluma] La maltrecha anglosajonia occidental





Vengo huyendo del Brexit para caer en Trump, y no sé cuál es peor. La locura colectiva y la autodestrucción están en el Brexit, que va a perjudicar a Reino Unido. Y en EE UU ocupa el poder un matón narcisista, misógino, indisciplinado y errático, comenta en El País Timothy Garton Ash, catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford.

"Debe de ser usted inglés, me dice el farmacéutico de Menlo Park, California, cuando menciono al presidente Donald Trump, ¿qué tal si hablamos de cómo van las cosas en su país? A su señora May, la de Downing Street, le están dando bien los burócratas de Bruselas...", comienza escribiendo el profesor Garton Ash.

No tengo más remedio que asentir. Vengo huyendo del Brexit para caer en Trump, y no sé cuál es peor. La principal diferencia es que una es la locura de las cosas y otra de las personas. Theresa May es seca y rígida y no da la talla, pero, en comparación con Trump, parece la Madre Teresa. La locura colectiva y la autodestrucción están en el Brexit, es decir, una cosa. Cada semana hay nuevas pruebas sobre cómo va a perjudicarnos en casi todos los ámbitos y, sobre todo, entre los votantes de la clase obrera y abandonada que prefirieron la salida y que serán los más afectados por la caída, ya visible, de los ingresos reales.

Trump es uno de los pocos personajes mundiales que apoyó el Brexit, pero ahora prefiere dar la mano al presidente francés, Emmanuel Macron, que a la primera ministra británica, y ya no habla sobre las glorias futuras de Reino Unido.

Eso no significa que se haya vuelto más discreto o responsable. En la campaña vimos a un matón narcisista, misógino, indisciplinado y errático. En sus primeros seis meses como presidente, Trump ha hecho honor a todos esos epítetos. Como dijo hace poco su nuevo director de comunicaciones, Anthony Scaramucci [solo estuvo en el cargo 10 días], no vamos a esperar que un hombre de 71 años cambie.

Sigue tuiteando sin parar. Hace poco dijo que la famosa presentadora de la cadena MSNBC Mika Brzezinski estaba “loca” y tenía un bajo cociente intelectual, y contó que se había negado a recibirla en su residencia de Mar-a-Lago porque “sangraba sin cesar del lifting que se había hecho”. El comentarista neoconservador Bill Kristol se sintió obligado a responder. “Querido @realDonaldTrump, es usted un cerdo. Sinceramente, Bill Kristol”. Lo que más me gusta es el “sinceramente”. La reciente entrevista de Trump con el “debilitado” The New York Times revela su mente egocéntrica, superficial, incontinente y enferma. Al preguntarle si va a viajar a Reino Unido, no responde más que: “Ah, sí me lo han pedido”, y luego vuelve a contar su visita a París. Pues vaya con la relación especial tras el Brexit. Después de mencionar que visitó la tumba de Napoleón, dice una frase impagable: “Bueno, Napoleón acabó un poco mal”.

Hace unas semanas se dedicó a criticar a su propio fiscal general, Jeff Sessions, como si este, uno de los primeros políticos que le apoyó, de repente fuera Clinton. Todas las mañanas me despierto pensando: “¿Cómo es posible que este charlatán de pacotilla sea presidente de Estados Unidos?”. Su problema fundamental es de carácter, más que de ideología o de política, si es que tiene alguna idea o política coherente. Ahora hemos llegado al surrealista debate de si el presidente tiene derecho a indultarse a sí mismo.

La locura de una persona a un lado del Atlántico y la locura de una cosa al otro tienen varias semejanzas. El vitriolo verbal no tiene casi precedentes. Washington y Londres, acostumbradas a Gobiernos estables y eficientes, viven hoy una extraordinaria confusión. En el Departamento de Estado no se hacen nombramientos. Scaramucci acusó al jefe de gabinete de Trump de filtrar informaciones. Los ministros del Gobierno británico se contradicen unos a otros en público. En el Támesis y en el Potomac hay más soplos, meteduras de pata y cambios de opinión que en un vodevil.

No es extraño que la canciller alemana diga que el continente europeo ya no puede seguir fiándose de sus aliados del otro lado del Canal y el Atlántico. Rusia y China llegaron encantadas a la cumbre del G-20 en Hamburgo, después de que el China Daily proclamara en su portada que “en medio del proteccionismo estadounidense y el Brexit, China y Alemania se disponen a llevar la iniciativa de la globalización y el libre comercio”.

¿Estamos ante el fin de Occidente? ¿O, al menos, del Occidente anglosajón? He oído decir en varias ocasiones que la coincidencia de Trump y el Brexit anuncia ese declive histórico. El siglo XIX fue el de Gran Bretaña y el siglo XX (al menos, a partir de 1945) fue el de Estados Unidos. El neoliberalismo que dominó ideológicamente el mundo entre la caída de la URSS en 1991 y la crisis financiera de 2008 era un producto típicamente anglosajón, y es lo que provocó el malestar que los populistas han sabido aprovechar. Los que utilizan este argumento lo dicen no sin cierta alegría mal disimulada.

Pero cuidado con lo que desean. Quizá imaginan un siglo XXI posanglosajón, gloriosamente iluminado por Emmanuel Macron y Justin Trudeau. Pero hay más probabilidades de que quien se quede con los despojos sea un Xi Jinping, un Vladímir Putin o un Recep Tayyip Erdogan.

Pero, en realidad, todo esto es parte de la llamada enfermedad del tertuliano. Todavía puede haber otro futuro. El verano pasado pregunté a un distinguido politólogo estadounidense qué le parecería que Trump llegara a la presidencia, y me contestó que sería una prueba muy interesante para el sistema político del país. La semana pasada nos vimos y estuvimos de acuerdo en que, de momento, da la impresión de que el sistema de controles y equilibrios funciona. Los tribunales han bloqueado dos veces la restricción de visados de Trump. Es impensable un desafío a la independencia judicial estadounidense como el que se está planteando en Polonia. La gran tradición de la Primera Enmienda permite a la prensa libre hacer exactamente lo que previeron los fundadores del país. En política exterior hay menos controles, pero un Congreso republicano acaba de aprobar más sanciones a Rusia, Corea del Norte e Irán, y ha hecho que al presidente le sea más difícil levantarlas.

Mientras Trump no emprenda una guerra contra Corea del Norte o cualquier otra locura equivalente, Estados Unidos podrá salir de estos cuatro años de espantosa presidencia con su democracia y su reputación maltrechas pero sin daños irreparables. La democracia británica también está funcionando, con un Parlamento que quizá gane el tiempo necesario para que nos recuperemos de la locura y hagamos un Brexit blando o incluso abandonemos la idea de irnos. Los anglosajones están en horas bajas, en gran parte por sus propias locuras, pero no hay que darlos por muertos todavía.



Dibujo de Enrique Flores para El País



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3733
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Píldoras literarias] Hoy, con "El viejo y el mar", de Juan Armando Epple






La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. 

Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? 

Continúo la serie de Píldoras literarias con el relato titulado El viejo y el mar, del chileno Juan Armando Epple, nacido en Osorno, Chile, en 1946, y residente en la ciudad de Eugene, Oregon, en los Estados Unidos. En relación a la microficción, ha editado las antologías Microquijotes (2005), Cien microcuentos chilenos (2002), Brevísima relación. Nueva antología del microcuento hispanoamericano (1999), Para empezar. Cien microcuentos hispanoamericanos (1990) [con Jim Heinrich], y fue coeditor de Los mundos de la minificción.

Les dejo con su minirrelato El viejo y el mar, editado en Con tinta sangre en 1999. Tiene trece palabras y dice así: 



EL VIEJO Y EL MAR
por
Juan Armando Epple


Lo desgastan los años 
y lo mantiene a flote 
el sueño del oficio.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3732
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 14 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 14 de agosto de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3731
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[A vuelapluma] ¿Existe España?





La pregunta que implícitamente se formula en un artículo de El País el profesor Víctor Lapuente Giné, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford y profesor e investigador en el Instituto de Calidad de Gobierno de la Universidad de Gotemburgo, puede parecer excesiva, retórica y hasta provocativa, pero, ¿es cierta o no?

Los independentistas creen que España es un artilugio chusquero, pero, paradójicamente, asumen la existencia de una unidad indisoluble entre las fuerzas españolas, comienza diciendo. El Gobierno, la fiscalía, el poder judicial, los medios de comunicación y demás instituciones de ámbito estatal actuarían siguiendo unos protocolos definidos.

Obviamente, esa España no existe. Como no existe unidad de acción en democracia moderna alguna. Cada poder se rige por sus propios códigos. Y, sin duda, puede haber presiones de unos poderes a otros. Pero de ahí a ejecutar un plan coordinado dista un trecho. Toda institución en una democracia —y por ende sus ocupantes temporales— es una especie que busca la supervivencia y vive en permanente tensión con su entorno, luchando por su autonomía contra viento y marea. Porque, perdida la autonomía, un organismo democrático está condenado a la irrelevancia.

A la inversa, muchos constitucionalistas creen que hay una unidad de acción en el independentismo que, en realidad, tampoco existe. Si “España” es un conjunto variado de instituciones con intereses particulares, el independentismo es un agregado de partidos y movimientos sociales diversos. Algunos de esos vectores se condicionan los unos a los otros, pero sus intereses no están alineados. La guerra soterrada entre ERC y el PDeCAT es solo un ejemplo. Los partidos son animales políticos que pueden coaligarse para dar caza a una presa concreta, pero no son hormigas o abejas que sacrifican su individualidad en pos de un objetivo común.

De ello se desprende una consecuencia negativa y una positiva. La mala noticia es la incertidumbre. Es una incógnita lo que vaya a suceder en los próximos meses, pues no habrá un único choque entre dos trenes, sino múltiples colisiones entre muchos trenes y, sobre todo, muchos descarrilamientos.

La buena nueva es que la ciencia política nos enseña que los acuerdos entre dos adversarios internamente heterogéneos son más fáciles que entre dos adversarios fuertemente cohesionados. Hay más puntos de encuentro. Pero, antes de ello, cada uno de los bandos debe entender que el otro no existe, concluye afirmando. 







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3730
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Política] XII Legislatura de las Cortes Generales. Agosto, 2017 (II)





Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de la

Casa de S.M. el Rey

Congreso de los Diputados
Senado
Presidencia del Gobierno
Tribunal Constitucional
Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial
Consejo de Estado
Boletín Oficial del Estado

Parlamento Europeo

Consejo Europeo y Consejo de la Unión Europea
Comisión Europea
Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Diario Oficial de la Unión Europea

Parlamento de Canarias

Gobierno de Canarias
Cabildo de Gran Canaria
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

***

Esta semana no ha habido actividad parlamentaria.

***

OTRAS PUBLICACIONES DE LAS CORTES GENERALES

CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

MARTES, 8 DE AGOSTO
Comisión de Igualdad. 
Publicación del texto aprobado en su sesión de 28 de julio pasado como Pacto de Estado en materia de violencia de género.

JUEVES, 10 DE AGOSTO
Comisión de Hacienda y Función Pública. 
Publicación del proyecto de ley de Contratos del sector público, aprobado por la comisión con competencia legislativa plena el pasado 27 de julio, por el que se trasponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo de 26 de febrero de 2014.

***

Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3729
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)