martes, 16 de enero de 2018

[UN CLÁSICO DE VEZ EN CUANDO] Hoy, con "Electra", de Sófocles





En la mitología griega, Melpómene (en griego Μελπομένη "La melodiosa") es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida. Melpómene era hija de Zeus y Mnemósine. Asociada a Dioniso, inspira la tragedia, se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa. Un mito cuenta que Melpómene tenía todas las riquezas que podía tener una mujer, la belleza, el dinero, los hombres, solo que teniéndolo todo no podía ser feliz, es lo que lleva al verdadero drama de la vida, tener todo no es suficiente para ser feliz.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Continúo la sección de Un clásico de vez en cuando trayendo trayendo al blog la tragedia titulada Electra, de Sófocles, que pueden leer en el enlace inmediatamente anterior, o ver desde este otro enlace (o en el vídeo al final de la entrada) en la versión teatral que de ella hizo la compañía asturiana Teatro del Norte en noviembre de 2016.

La trama de la Electra de Sófocles, representada hacia el 415 a.C., puede resumirse así: Agamenón, rey de Argos, parte a la guerra de Troya, dejando a dos de sus hijos: Orestes y Electra con su madre Clitemnestra. Regresa victorioso después de matar a Príamo rey de los troyanos. A su vuelta a casa Egisto le da muerte secundado por Clitemnestra. Egisto trama la muerte de Orestes, y un viejo criado lo salva, enviándolo fuera. Electra permanece con su madre. Siendo ya una joven casadera, Egisto ahuyenta sus pretendientes por temor a que engendre un hijo que quiera vengar la muerte de Agamenón. Electra, en peligro de morir en manos de Egisto es rescatada por Clitemnestra, pues teme que por esta acción sus vasallos la odien. Al fracasar con este intento de muerte, Egisto la casa con un campesino pobre. Su vida es triste y llena de miserias y lamentos. No olvida a su padre muerto. El odio hacia su madre por haber dado muerte a su padre crece. Pasan los años y un día regresa a Orestes acompañado de Pílades su amigo. Escucha las quejas de Electra y su deseo de dar muerte a su madre, pues no puede olvidar la infamia de su crimen. Llega el anciano criado que retiró al hijo de la casa de su madre y le dice que debe matar a Egisto y a Clitemnestra. Orestes guiado por el anciano va al encuentro de Egisto y lo mata. Los dos hermanos se confabulan para matar a la madre. Orestes un poco reticente al principio, accede después. La mandan llamar diciendo que Electra tiene un hijo que acaba de nacer. Llega Clitemnestra y Orestes le clava un puñal en el pecho ayudado por Electra. Electra se desposa con Pílades. Los dos hermanos lloran su tragedia y se separan sintiéndose víctimas del Destino y de los dioses.

Sófocles (496-406 a.C.), el gran poeta trágico ateniense, se sitúa junto con Esquilo y Eurípides entre las figuras más destacadas de la tragedia griega y de toda la literatura universal. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género. Participó activamente en la vida política de Atenas. Fue administrador del tesoro de la Liga de Delos y estratego durante la guerra de Samos bajo la autoridad de Pericles. Perteneció al Consejo de los Diez Próbulos, formado en Atenas tras el fracaso de la Expedición a Sicilia. No se distinguió especialmente por sus dotes como político pero amó su ciudad y rechazó invitaciones de autoridades importantes de otras ciudades con tal de no abandonar Atenas. El teatro de Sófocles recurre a los antiguos mitos de las sagas heroicas, y posee una rica versatilidad que facilita múltiples maneras de aproximación. En buena medida su teatro es un teatro de caracteres. De hecho, el título de todas las tragedias conservadas (salvo "Las Traquinias") se corresponde con el de sus protagonistas que emergen como auténticos colosos y arquetipos humanos.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)