jueves, 30 de junio de 2016

[Personal] Cerrado, en julio, por descanso del personal



El descanso de la Musa (Pino Daeni, 1939-2010)


Desde el Trópico de Cáncer cierra durante el mes de julio. No son vacaciones al uso. No me muevo de mi hogar ni mi ciudad, pero quiero aprovechar este mes de paréntesis estival para recapacitar sobre algunos aspectos del blog que, quizá, merecen un replanteamiento; acometer algunas lecturas pendientes desde hace mucho tiempo; intentar avanzar en la catalogación, siempre aplazada, de la biblioteca familiar. Y, simplemente, disfrutar del dulce placer de hacer caso omiso de las obligaciones autoimpuestas y gozar de la compañía de la familia y algunas amistades. Nos vemos en agosto. 



Vegueta, núcleo histórico de la ciudad de Las Palmas



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2808
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Humor en cápsulas] Para hoy jueves, 30 de junio de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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Entrada núm. 2807
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Historia] Historia de las Españas





El concepto de "nación" no es un concepto unívoco. En el sentido en el que lo entendemos hoy,  políticamente, no nace hasta la Revolución Francesa. Y en España, hasta la Constitución de 1812. Lo explicita bastante ampliamente el Diccionario de Política (Siglo XXI, Madrid, 1994), dirigido por N.Bobbio, N.Matteucci y G.Pasquino, páginas 1022-1035, en las trece páginas de apretadísimo texto a dos columnas que le dedica a la voces "nación" y "nacionalismo", que yo, ni por asomo, voy a reseñar, y a las que remito a los interesados.

Personalmente, y sin entrar en mayores profundidades dialécticas, no tengo el menor reparo en admitir que hay una nación catalana, una nación vasca, una nación gallega, y hasta una andaluza, canaria o murciana. Lo que me parece asombroso, dialécticamente hablando, es que haya personas formadas, o presuntamente informadas, que niegan, simultáneamente, la existencia de una "nación española" sentida así por una gran mayoría de los ciudadanos españoles. No lo entiendo, y se me escapa, por qué "sí existe" una nación catalana, vasca, gallega, y hasta andaluza, canaria o murciana, "no existe" ni puede existir una "nación española". Para entenderlo me propuse la lectura de un libro, Historia de las Españas. Una aproximación crítica (Tirant Humanidades, Valencia, 2015), editado por los historiadores y profesores de la Universidad de Valencia Juan Romero y Antoni Furió.

La palabra "España", se dice en él, adquiere distintos significados y aun cuando el menos problemático de todos haga referencia al territorio cuya historia es la narración de aquello que ocurrió dentro del mismo, al tratarse de seres humanos el término España deja de tener un significado meramente descriptivo o geográfico y se llena de contenido social y político. 

Hay visiones muy diferentes de España en función, siguen diciendo los editores del libro, de como se piense ese sujeto colectivo, porque no es lo mismo verlo en singular o en plural, con características que pueden ir de lo biológico a lo cultural o con una identidad fija o mudable en el transcurso del tiempo. Con esa distinta finalidad, las diversas historiografías han sido abundantemente utilizadas y le han dado al conocimiento histórico una función social que nunca, ni siquiera cuando pretende ser científico y objetivo, queda por completo al margen de las discusiones apasionadas y de las ideologías políticas en conflicto. Entender estos problemas, añaden, exige pensarlos de forma racional y tratar de explicarlos históricamente, aunque es claro que se trata de un tema cargado de emociones y sentimientos.

Este libro, añaden, escrito por algunos de los mejores historiadores actuales, pretende situarse en una perspectiva y una tradición distinta a la sostenida por muchos enfoques tradicionales. Proponemos, siguen diciendo los editores, explicar España como un producto histórico y no como una necesidad o un destino. Nuestro propósito, añaden, es ofrecer aquí un relato en el que el sujeto no sea estudiado en singular sino en plural, desde las Españas medievales hasta la España democrática de los distintos pueblos que la integran. Poniendo más el acento, señalan con sinceridad que es de agradecer, en la diversidad que en la unidad cuando se trata de analizar la indiscutible realidad que es España. Evitando siempre visiones esencialistas y el recurso a historias y geografías, más o menos fabuladas, que a nuestro juicio, puntualizan, poco ayudan al análisis sosegado, ponderado y, entendemos, más respetuoso con nuestro pasado. 

Con la intención de aproximarnos a nuestra historia pasada sin esgrimirla a conveniencia desde el presente, añaden. Sin pretender convencer a nadie y mucho menos a combatir otras visiones o enfoques, sino para que cualquier lector interesado encuentre en estas páginas, concluyen diciendo, más argumentos para extraer sus propias conclusiones. 

El libro está conformado por una presentación de los editores, una introducción del insigne historiador Josep Fontana, y diez capítulos que tratan de "Los usos de la historia en las distintas maneras de concebir España", escrito por Pedro Ruiz Torres; "Las Españas medievales", por Antoni Furió; "La crisis de 1640 y la quiebra del primer proyecto nacional español", por Antoni Simon y Tarrés; "Del tiempo de las libertades al triunfo del dominio absoluto borbónico", de Joaquim Albareda; "Colonias, Imperio y Estado nacional", de Antonio-Miguel Bernal; "La nación de los españoles: las Juntas soberanas y la Constitución de 1812", de Juan Sisinio Pérez Garzón; "De Imperio arruinado a Nación cuestionada", de Borja de Riquer Permanyer; "Exilio, democracia y autonomías: entre Galeuzca y Las Españas", de Ramón Villares; "Estado, naciones y regiones en la España democrática", de Juan Romero y Manuel Alcaraz; y "Nuevos retos para los Estados plurinacionales en el siglo XXI. El caso español en contexto", de Alain G. Gagnon.

Todos me han gustado, unos más que otros, como suele ser normal en una obra de autoría múltiple. Quizá los que me han resultado más interesantes sean los dos últimos, sin desmerecimiento de ninguno de los anteriores. Y sobre todo me ha gustado la exhortación final del profesor Fontana en su Introducción: "Este libro no va encaminado a afirmar verdades ni a denunciar mentiras, sino que responde a la pretensión de estimular a sus lectores a superar convicciones y prejuicios, y a ejercitarse en el arte de pensar por su cuenta". Difícil está, profesor Fontana, pero por intentarlo que no quede, añado yo.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 29 de junio de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy miércoles, 29 de junio de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 2805
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[Cuentos para la edad adulta] Hoy, "Los asesinos", de Ernest Hemingway





El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros.

Continúo hoy la serie de Cuentos para la edad adulta con el titulado Los asesinos, de Ernest Miller Hemingway (1899-1961), escritor y periodista estadounidense y uno de los principales novelistas y cuentistas del pasado siglo. Su estilo sobrio y minimalista tuvo una gran influencia sobre la ficción del siglo XX, mientras que su vida de aventuras y su imagen pública dejó huellas en las generaciones posteriores. Ganó el Premio Pulitzer en 1953 por El viejo y el mar y al año siguiente el Premio Nobel de Literatura.3

Los asesinos es un cuento sostenido mediante el diálogo cortante, seco, frío, objetivo y condicionante de la acción de los personajes. Dos asesinos a sueldo entran preguntando por una persona en un pequeño restaurante de pueblo. Saben que esa persona cena todas las noches en él por lo que deciden esperarlo reteniendo a los empleados y clientes del bar... Disfrútenlo.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 2804
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martes, 28 de junio de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy martes, 28 de junio de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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Entrada núm. 2803
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Reedición] El príncipe Segismundo y el castillo menguante. Una historia para niños






"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican sin periodicidad fija, conservan su título, fecha y numeración y pueden variar ligeramente en su contenido sobre el publicado originariamente. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

***

Este cuento fue el resultado de un compromiso adquirido con mi nieto mayor, en aquel entonces de 4 años recién cumplidos. Lo escribí para él y sus compañeros de 1º de Educación Infantil con ocasión de la celebración en el colegio en el que estudiaba del Día de los Abuelos. 

Hoy, siete años después, lo reedito y se lo dedico muy especialmente a mis tres nietos y a todos los niños del mundo. Ellos son, como decía Hannah Arendt, el futuro. En cuanto nacidos, con ellos se abren todas las esperanzas del mundo y nadie puede saber lo que este va depararles ni lo que ellos pueden hacer para transformarlo. Espero y deseo que sea para bien porque el mundo ya les pertenece a ellos. Y a nosotros, los mayores, solo nos queda trasmitírselo en las mejores condiciones posible para que lo cambien, lo gocen solidariamente y lo traspasen a sus hijos y nietos. Va por y para ellos...

Sean felices, por favor. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt








EL PRÍNCIPE SEGISMUNDO Y EL CASTILLO MENGUANTE
Cuento para niños de 3 a 80 años


A mis nietos Gabriel, Guillermo y Saúl,
y a mis hijas, sus madres


La historia que voy a contaros ocurrió hace ya mucho tiempo en un país muy muy lejano que se llamaba Magicolandia. Allí, en el centro de Magicolandia, en un castillo muy grande, casi tan grande cómo vuestro colegio y con pasadizos tan intrincados como en él, vivía el príncipe Segismundo con sus papás, el rey Baltasar y la reina Rosamunda.

Un día, los papás del príncipe Segismundo, el rey Baltasar y la reina Rosamunda, decidieron que tenían que visitar las ciudades y pueblos del reino de Magicolandia, así que mandaron a buscar al príncipe, que estaba jugando al escondite con otros niños en los patios, vericuetos, pasadizos y rincones secretos del castillo, que solo ellos conocían. 

Cuando el príncipe Segismundo se presentó, sudoroso y sin aliento, sus papás, los reyes, dejaron que descansará un rato, y luego comenzaron a hablar con él.

-Mira, Segismundo, -dijo su papá el rey-, mamá y papá tienen que salir a visitar todas las ciudades y pueblos de Magicolandia, asi que vas a quedarte solo con los abuelitos, con tus amiguitos y con los perritos y los gatitos del castillo. No maltrates a nadie, pórtate bien con todo el mundo, especialmente con los abuelitos y con los otros niños y no hagas daño a los animalitos, porque este castillo, por si no lo sabes, es un castillo mágico, y si te portas mal, aparte de que nosotros nos enteraremos, te pueden pasar cosas muy desagradables…

-No preocuparos, me portaré muy bien, contestó el príncipe Segismundo a sus papás, el rey Baltasar y la reina Rosamunda.

Y así, unos días más tarde, el rey y la reina abandonaron el castillo para ir a visitar todas las ciudades y pueblos de Magicolandia y a todas sus gentes.





El príncipe Segismundo era un niño muy bueno, aunque un poco revoltoso, así que en cuanto se marcharon su papá el rey Baltasar y su mamá la reina Rosamunda, se olvidó de la promesa que les había hecho de no portarse mal y comenzó a hacer pequeñas gamberradas, como no querer comer la comidita que sus abuelitos le preparaban cada día, quedarse jugando hasta la noche, tirar de los pelos a sus amiguitos y quitarles sus juguetes y correr detrás de los perritos y los gatitos del castillo con una escoba para pegarles.

Y así, un día, todos los niños -que hasta entonces habían sido sus amiguitos-, decidieron marcharse, y dejaron solo al príncipe Segismundo, únicamente con sus abuelito y con los perritos y los gatitos del castillo. A pesar de ello, sus abuelitos, que le querían mucho, aunque disgustados con él, seguían preparándole muy ricas comiditas.

¿Y sabéis lo qué pasó?, ¿no lo adivináis?, pues que cuando los amiguitos y amiguitas del príncipe Segismundo se marcharon del castillo esté comenzó a encogerse y hacerse más y más pequeño, y desaparecieron por arte de magia todas las torres, almenas y murallas del mismo. Y el príncipe Segismundo se quedó solito en una habitación muy pequeñita, encerrado con sus abuelitos y con los perritos y los gatitos que había en el antiguo castillo.




El príncipe Segismundo se enfadó mucho muchísimo. Gritaba, llamando a los niños y niñas que habían sido sus amiguitos, y desde la única ventana que había en la habitación les decía:

-¡Pues vale, ya no quiero jugar más con vosotros! No les necesito para nada! ¡Puedo jugar yo solo!…

Los perritos y los gatitos del castillo sí querían jugar con él, pero el príncipe Segismundo estaba tan enfadado y furioso que en lugar de jugar con ellos, los cogió y los echó a la calle por la única ventana que quedaba en la única habitación del castillo…

Pasaron así muchos días y los abuelitos del príncipe Segismundo aburridos de que éste no les obedeciera y no quisiera comerse la comidita que le preparaban cada día, enfadados, se subieron a la única ventana que quedaba en la única habitación del castillo y por ella se bajaron al jardín diciéndole:

-Te has portado muy mal, príncipe Segismundo, así que nos vamos hasta que vuelvas a portarte bien. Y se sentaron en un banco del jardín del antiguo castillo a esperar que su nietecito, el príncipe, volviera a portarse bien y comerse todas las ricas comiditas que le preparaban.

¿Y sabéis lo que pasó?, ¿no lo adivináis?, pues que la única habitación que quedaba en el castillo comenzó a encogerse y hacerse todavía más pequeña. Tan pequeñita, que el príncipe Segismundo se quedó solo en ella, de pie sobre el único ladrillito que quedaba en la habitación, encajonado, y sin poder mover ni los bracitos ni las piernitas… Y claro, estaba tan incómodo y tan estrechito, y tan sin poder moverse para nada, que comenzó a llorar…





Ya no tenía ni a los perritos ni los gatitos del castillo para jugar, ni podía jugar tampoco con sus antiguos amiguitos porque se habían ido del castillo enfadados con él, y tampoco podía comer ninguna de las ricas comiditas que le hacían sus abuelitos… Y además de llorar, ¡comenzó a tener mucha hambre!...


Y entonces, desde lo alto de la ventana de la habitación de un solo ladrillito donde estaba el príncipe Segismundo sin poder mover ni los bracitos ni las piernitas de lo apretado que estaba, comenzó a bajar por la pared una hormiguita muy muy pequeñita. 



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Y cuando la hormiguita llegó hasta donde estaba el príncipe Segismundo, le dijo enfadada:

-¡Oye, príncipe Segismundo! ¿Se puedes saber por qué estás gritando tanto? ¡No ves que no me dejas dormir!…

Y el príncipe Segismundo contestó a la hormiguita:

-¡Es qué tengo mucha hambre! ¡Y mucho miedo!…-, dijo lloriquenado.

-¿Y por qué estás solo y encerrado en esta habitación tan pequeñita que no puedes mover ni los bracitos ni las piernitas?, preguntó la hormiguita al príncipe.

Y el príncipe Segismundo, llorando y medio comiéndose los moquitos que le caían por la nariz, contestó a la hormiguita:

-¡Es qué me he portado muy mal con los perritos y los gatitos del castillo, no he querido jugar con mis amiguitos, los niños y las niñas que vivían conmigo, y no he querido comerme las ricas comiditas que me preparaban mis abuelitos…

-¡Claro, dijo la hormiguita al príncipe Segismundo, -te has portado tan mal, que el castillo mágico se ha ido encogiendo hasta quedarse en un solo ladrillito...

-Pues tú verás, príncipe Segismundo, como lo arreglas-, le dijo la hormiguita. -Yo que tú, continúo la hormiguita, llamaba de nuevo a los perritos y los gatitos del castillo, a los niños y niñas que eran tus amiguitos y a tus abuelitos que te preparaban ricas comiditas y les pedía perdón, le dijo al príncipe.

Y el príncipe Segismundo, arrepentido de lo mal que se había portado con los perritos y los gatitos del castillo, con sus amiguitos y amiguitas con los que siempre había jugado al escondite, y sobre todo con sus abuelitos, se asomó como pudo a la ventanita de la única habitación tan pequeñita que solo tenía un ladrillito y comenzó a gritar:





-¡Oíganme, por favor. Me he portado muy mal con ustedes y quiero pedirles perdón. No volveré a perseguirles con una escoba por los pasillos del castillo, ni tampoco les tiraré de los pelos ni les quitaré sus juguetes, y me comeré todas las ricas comiditas que me preparéis!… Eso es lo que gritaba el príncipe Segismundo desde la única ventanita, de la única habitación que quedaba del castillo…

¿Y sabéis lo que pasó?, ¿no lo adivináis?…, ¡pues que cuando oyeron los gritos del príncipe Segismundo pidiéndoles perdón, los perritos y los gatitos que habían habitado en el castillo volvieron hasta la ventana y dando un salto muy grande entraron en la habitación del príncipe y comenzaron a lamerle las manitas y mover sus rabitos de lo alegres que estaban, y la habitación entonces, como por arte de magia, comenzó a crecer y crecer y a hacerse más y más grande!…

Y el príncipe Segismundo se puso a jugar con ellos. Y entonces, comenzaron a volver los niños y las niñas que habían sido sus amiguitos, y el príncipe les abrazó, les pidió perdón y se pusieron todos juntos a jugar…


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Y según iban volviendo los niños y las niñas el castillo se iba haciendo más y más grande… Y también volvieron sus abuelitos…, y comenzaron a aparecer habitaciones y más habitaciones, y se levantaban las murallas y las torres del castillo, como por arte de magia…

Fue entonces cuando se oyeron muchos tambores y trompetas, y el príncipe Segismundo subió a la torre más alta del castillo y vio, allá a lo lejos, que volvían de su viaje su papá el rey Baltasar y su mamá la reina Rosamunda. Y los abuelitos prepararon una gran comida para él y para sus papás y para todos los niños y niñas del castillo, y para todos los perritos y los gatitos de Magicolandia. ¡Ah, y también para la pequeña hormiguita y toda su familia!… Y todos se pusieron a cantar y a gritar de contento porque el castillo mágico estaba como nuevo…

Y el príncipe Segismundo nunca más persiguió a los gatitos y perritos con una escoba por los pasillos del castillo, ni tiró de los pelos a sus amiguitos y amiguitas, ni les quitó sus juguetes ni dejó de comerse las ricas comiditas que le preparaban sus abuelitos y su mamá la reina Rosamunda…

¿Y sabéis lo que pasó?, ¿no os lo imagináis?…, pues que fueron todos felices, comieron muchas perdices..., ¡y a mí me dieron con un plato en las narices!… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


F I N







Entrada núm. 2059
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri
Publicada originariamente el 23 de abril de 2014

lunes, 27 de junio de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 27 de junio de 2016. El día de la resaca...





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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Entrada núm. 2802
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)